Un jefe regional de un cártel continúa operando su organización criminal en un estado fronterizo mexicano a pesar de una serie de atentados contra su vida que han matado a varios de sus sicarios y socios.
Jerónimo Hernández de la Rosa, conocido en el mundo del crimen como El Jero o Gero, es un jefe regional del Cártel del Golfo que controla el área en Cadereyta, Nuevo León y sus alrededores. En esa ciudad, El Gero supervisa varios intereses del Cártel del Golfo, incluidas las rutas de contrabando y operaciones de robo de combustible. En las últimas semanas, la facción Cártel del Noreste de Los Zetas ha estado realizando varios ataques contra El Gero y sus hombres en un intento de apoderarse de sus lucrativos territorios.
A pesar de los varios atentados contra su vida, El Gero continúa dirigiendo las operaciones del CDG en Cadereyta con la ayuda de varios funcionarios municipales corruptos, revelaron fuentes policiales a Breitbart Texas.
El mes pasado, El Gero conducía una GMC Sierra negra blindada con placas de Nuevo León PS2216A en Cadereyta cuando un grupo de sicarios lo emboscó. Los pistoleros dispararon numerosas ráfagas contra el vehículo de El Gero, pero logró resistir el ataque y escapar a pie, abandonando su camioneta.
En los días siguientes, dos de los sicarios de El Gero murieron en una serie de ataques de sicarios del CDN. En enero, Breitbart Texas informó sobre cómo El Gero y su red estaban usando una clínica de rehabilitación de drogas para albergar a hombres armados del Cártel del Golfo. Las autoridades supieron por primera vez de esa táctica después de que un grupo de sicarios del CDN-Los Zetas realizó un ataque a tiros allí en la víspera de Año Nuevo.
En Cadereyta, la lucha entre los dos cárteles se ha realizado principalmente a través de una serie de ataques y emboscadas en lugar de largos enfrentamientos. Uno de los primeros ataques sucedió en marzo de 2020, cuando un grupo de sicarios del CDN-Los Zetas disparó y mató al predecesor de El Gero, Ulises “Ramsés” Lozano, y a otro capo del crimen durante una pelea de gallos clandestina.
Ese ataque fue dirigido por Iván “Peñita” Peña Hernández, de 19 años, un miembro del Cártel del Golfo que cambió de bando mientras estaba en prisión y había tratado de apoderarse del territorio de Ramsés. Pocos meses después de ese ataque, Peñita murió en un tiroteo afuera de un estacionamiento de autos en Cadereyta.
Gerald “Tony” Aranda es un escritor que colabora con Breitbart Texas.